jueves, 22 de abril de 2010

asco de vida (parte 5)

Hoy no quise ir a trabajar por que iba a estar un par de horas frente al computador y después iban a hacer las actividades del aniversario de la empresa, la fiesta de disfraces, pero igual fui al edificio, cuando faltaba poco para que terminara la mierda esa. Llevé una botella de champaña.
Entré a la oficina, estaba lleno de globos y serpentinas y de fondo, obviamente había de aquella música popular de la cual todos disfrutan. Mientras todos decían “shh a la horita hueón…” y cosas por el estilo, yo me acerqué a Julio, quien por supuesto estaba parado al lado de una de las mesas de bocadillos, para comérselos todos el muy hijo de puta y tomándose su cagada de pisco sour… estaban todos ya algo ebrios. Dejé la botella cerca de él (quien llevaba un disfraz de whinnie the pooh pero ya se había sacado la cabeza gigante de peluche, para poder comer) y antes de saludarme dijo “ ¿y vo huevón de que mierda andai disfrazado? Si ya le dije a tu hermana que te prestara los sostenes” Yo sabía que iba a decir algo así el muy conchadesumadre, y aún que no tengo hermana, su comentario me hizo hervir la sangre. Sin decirle nada, sonreí y tomé la botella y le di un golpe en la cabeza (altamente preciso). Cuando imaginaba este glorioso momento no pensé nunca en lo interesante del ruido. La botella se rompió junto a parte de su cráneo y el tipo se desplomó por el suelo sobre la champaña que contenía la botella. Como tenía el gollete en la mano, y ya había dejado la cagada y todos me estaban mirando con pánico pensé “total, ya la cagué…” así que le comencé a reestructurar el rostro a mi colega con el filo del vidrio del cuello de la botella, yo me subí arriba de él de tal modo que no pudiera evitar mi cirugía anti estética. Vi cómo se mezclaba su sangre con la champagne del suelo, como el vino rojo invadía al vino espumante como una gota de tinta invade el vaso de agua, como si fuera humo en el aire. Fui recordando las clases de biología cuando era niño, las partes de la cara, los ojos, los nervios ópticos, los músculos encargados de los gestos, el tabique nasal, la lengua, el paladar blando, me acordaba de esa vez que diseccioné a una rana en esas clases y mi profesor nos tenía el Concierto para dos violines en Re menor de Bach “para tranquilizar a aquellos alumnos que estén nerviosos por abrir la rana” asi que mientras cortaba imaginaba que estaba escuchando el concierto. Yo estaba re entretenido reestructurando a Julio, me parecía curioso, estaba como los niños cuando pinchan con una vara a un gato muerto en la calle, los olores y el sonido eran lo mas extraño, el olor de la sangre mezclada con el alcohol de la champagne era agradable, pero no el ruido del vidrio abriendo sus carnes y trisando el cartílago de la nariz, los gritos de mi víctima sonaban como gárgaras por que cuando abría su garganta (por que boca no le estaba quedando mucha) para expulsar el aire para gritar, su sangre entraba por su tráquea y producía el mismo sonido de gárgaras de cuando uno se lava los dientes. Vi que su cuello era también blando y abundante por su papada grotesca, y procedí a cortar.
Estaba entretenido con mi clase de anatomía y viendo cómo el último ápice de humanidad que me quedaba se diluía en el champagne junto con la sangre de Julio cuando sentí el beso ardiente del plomo. Llegó la policía y antes de decirme “quieto” ya me habían disparado.
Mientras me arrastraban a la puerta de salida de la oficina (por que mis miembros de un momento a otro dejaron de responderme) vi cómo me alejaba de ese whinnie the pooh teñido de rojo, su cabeza parecía una rosa. Y a medida que arrastraban mi cuerpo perforado por esa bala veía como iba dejando una estela de sangre, esa que salía del agujero que produjo la bala, arte puro.