domingo, 29 de agosto de 2010

asco de vida 7

Mi periodo por la cárcel no fue tan malo como yo lo esperaba, básicamente por que no me violaron pero si me sacaron la mierda, era lo menos que yo podía esperar. Nunca me mezclé con nadie ni me hice de amigos, hubo unos que confiaron en otros y que salieron en una bolsa de plástico así que yo nada de nada. Conocí a un abuelo que estaba recluso por que se le salió un tiro de su revolver y mato a su hijo cuando recién aprendía a caminar. Su esposa en shock se abalanzó sobre él para matarlo pero al final cuando le logro quitar el revolver al ya pasmado hombre, la mujer se terminó suicidando. Como los métodos investigativos no eran muy buenos hace tantos años atrás él quedó como culpable así que iba a estar en la cárcel hasta morir. Nunca quise decirle por qué yo caí preso hasta que un día me hartó y le conté con tanto detalle que el tipo nunca más me habló, recordé todo lo que había hecho y las cosas que aprendí abriéndole la cara a mi colega que le dio susto al viejo y no me habló más. Para mí que él mató a la señora y al niño, no se sabe controlar.

Ya de patas en la calle, me estoy cagando de hambre y no tengo de donde sacar plata, ya no tengo a mi señora, no se ocupar las herramientas de ahora, veo que el país esta igual de cagado que siempre y no tengo nada que hacer, delinquir es de gente indecente y la carpintería que aprendí me hastió. Quiero volver a la celda donde al menos tenía donde dormir, pero ya maté al Julio y no tengo más enemigos. No tengo responsabilidades ahora, no tengo deudas con nadie, no le doy explicaciones a nadie, sigo estando sano (machucado, pero sano), y no tengo quien me odie ni a nadie a quien odiar, es lo que siempre quise en la vida, pero ahora no me satisface.

miércoles, 11 de agosto de 2010

domingo, 30 de mayo de 2010

jueves, 27 de mayo de 2010

asco de vida 6

Relatar el juicio y las declaraciones, los exámenes médicos y todo eso, me da una lata enorme, asi que lo voy a omitir por que todos conocen lo aburrido del sistema judicial. En fin, me dieron 6 años y me sentía contento por que no tendría que trabajar más pero me daba terror saber donde me iban a meter por que en algunas los reclusos hasta te violan.
Mi pieza esta nueva, recién inauguraron la cárcel y ya está repleta de gente como yo y otras maravillas de la Creación de Dios. Sólo cuento con una cama con un par de cobertores una mesita y el lavamanos con el inodoro. Las murallas son blancas y en la mesita sólo tengo mi radio chica, que no se como me dejaron tenerla, si me quitaron hasta los cordones…va a ser incómodo andar sin cordones acá. Cae la noche y se escuchan los gritos, los reclusos están transformando estos nichos en su hogar, adaptándolo y bautizándolo no con orina como hacen los perros sino con la sangre de otros reclusos, aquí no se conoce casi nadie como en las otras cárceles donde la jerarquía está bien definida (según los programas de la tele, por que yo no se mucho de esto) asi que supongo que se están presentando de una forma muy diplomática. Los gritos son estrepitosos, ponen los pelos de punta. Esta noche no podré dormir.

jueves, 22 de abril de 2010

asco de vida (parte 5)

Hoy no quise ir a trabajar por que iba a estar un par de horas frente al computador y después iban a hacer las actividades del aniversario de la empresa, la fiesta de disfraces, pero igual fui al edificio, cuando faltaba poco para que terminara la mierda esa. Llevé una botella de champaña.
Entré a la oficina, estaba lleno de globos y serpentinas y de fondo, obviamente había de aquella música popular de la cual todos disfrutan. Mientras todos decían “shh a la horita hueón…” y cosas por el estilo, yo me acerqué a Julio, quien por supuesto estaba parado al lado de una de las mesas de bocadillos, para comérselos todos el muy hijo de puta y tomándose su cagada de pisco sour… estaban todos ya algo ebrios. Dejé la botella cerca de él (quien llevaba un disfraz de whinnie the pooh pero ya se había sacado la cabeza gigante de peluche, para poder comer) y antes de saludarme dijo “ ¿y vo huevón de que mierda andai disfrazado? Si ya le dije a tu hermana que te prestara los sostenes” Yo sabía que iba a decir algo así el muy conchadesumadre, y aún que no tengo hermana, su comentario me hizo hervir la sangre. Sin decirle nada, sonreí y tomé la botella y le di un golpe en la cabeza (altamente preciso). Cuando imaginaba este glorioso momento no pensé nunca en lo interesante del ruido. La botella se rompió junto a parte de su cráneo y el tipo se desplomó por el suelo sobre la champaña que contenía la botella. Como tenía el gollete en la mano, y ya había dejado la cagada y todos me estaban mirando con pánico pensé “total, ya la cagué…” así que le comencé a reestructurar el rostro a mi colega con el filo del vidrio del cuello de la botella, yo me subí arriba de él de tal modo que no pudiera evitar mi cirugía anti estética. Vi cómo se mezclaba su sangre con la champagne del suelo, como el vino rojo invadía al vino espumante como una gota de tinta invade el vaso de agua, como si fuera humo en el aire. Fui recordando las clases de biología cuando era niño, las partes de la cara, los ojos, los nervios ópticos, los músculos encargados de los gestos, el tabique nasal, la lengua, el paladar blando, me acordaba de esa vez que diseccioné a una rana en esas clases y mi profesor nos tenía el Concierto para dos violines en Re menor de Bach “para tranquilizar a aquellos alumnos que estén nerviosos por abrir la rana” asi que mientras cortaba imaginaba que estaba escuchando el concierto. Yo estaba re entretenido reestructurando a Julio, me parecía curioso, estaba como los niños cuando pinchan con una vara a un gato muerto en la calle, los olores y el sonido eran lo mas extraño, el olor de la sangre mezclada con el alcohol de la champagne era agradable, pero no el ruido del vidrio abriendo sus carnes y trisando el cartílago de la nariz, los gritos de mi víctima sonaban como gárgaras por que cuando abría su garganta (por que boca no le estaba quedando mucha) para expulsar el aire para gritar, su sangre entraba por su tráquea y producía el mismo sonido de gárgaras de cuando uno se lava los dientes. Vi que su cuello era también blando y abundante por su papada grotesca, y procedí a cortar.
Estaba entretenido con mi clase de anatomía y viendo cómo el último ápice de humanidad que me quedaba se diluía en el champagne junto con la sangre de Julio cuando sentí el beso ardiente del plomo. Llegó la policía y antes de decirme “quieto” ya me habían disparado.
Mientras me arrastraban a la puerta de salida de la oficina (por que mis miembros de un momento a otro dejaron de responderme) vi cómo me alejaba de ese whinnie the pooh teñido de rojo, su cabeza parecía una rosa. Y a medida que arrastraban mi cuerpo perforado por esa bala veía como iba dejando una estela de sangre, esa que salía del agujero que produjo la bala, arte puro.